viernes, abril 19, 2024

UN CAFÉ EN QUIETUD

En la tranquilidad de mis pensamientos el pincel de la esperanza dibuja paisajes que solo pueden percibirse con los ojos del alma.

 

Para mi amiga transitando el silencio y la calma interior.


Querida amiga,

Muchas personas temen quedarse a solas con sus pensamientos, les asusta escuchar su diálogo interno. Temen encontrarse con una voz cargada de culpa y reproches o quizás nunca se han detenido a pensar que pueden entrenar su voz interior para ser una buena amiga.

Prefieren refugiarse bajo la endeble sombra del “estoy ocupada” y de agendas cargadas de compromisos, sin espacios sagrados para reflexionar y saborear la calma. Alimentan su ego con caviar, y de huesos secos a su espíritu. Sin embargo, tú has elegido el camino menos transitado, el más pantanoso, el que te hace sentir plena y te ancla en el presente.

Te felicito. Fundes tu atención con el ritmo que marca tu respiración, tus sentidos se toman de la mano en perfecta armonía con el regalo de este preciso momento.

Un bullicio proveniente de diferentes direcciones pelea por llamar tu atención, desde las responsabilidades pendientes del día, hasta los dilemas inconclusos de la vida; desde la voz de la culpa buscando un papel protagónico, hasta el recuerdo de la ropa que necesitas mover a la secadora, no obstante, tu anhelo por paz y claridad prevalece. Eres consciente de las voces que luchan en tu cabeza, sin embargo, tomas la firme decisión de anclarte en este dulce instante que la vida te regala.

Con cada paso en la dirección que deseas transitar, tus excusas y distracciones se debilitan frente al poder de la disciplina y la consistecia. Vistes tu mente de gala, creas un espacio de quietud, enfocas tu atención en esa voz superior, en ese suave susurro que acaricia tu alma y te invita al descanso.

Lo que una vez consideraste un incómodo lugar, hoy se ha transformado en un  jardín de refugio y paz. Te has permitido florecer, honrando el proceso de riego constante. Admiro tu valentía y determinación.

Amor y gracia,

Sandy




 

viernes, abril 05, 2024

EL LADO AMABLE DE LOS DÍAS NUBLADOS

 

     

  ¡Qué linda la mujer que ha aprendido a verse en constante evolución, y no como punto final!

 

Muchas lágrimas derramadas, oraciones aparentemente no contestadas, perdida en mis razonamientos, ahogada en mis dilemas.

Aquí, en este oscuro pantano, me enseñaste a desvestir mi historia sin temor a ser juzgada, a ver mis lugares rotos a través de tus ojos de amor y compasíon.

Tu gracia bordó una frisa calientita de nuevos comienzos. Me escuchas, me entiendes, me acurrucas en tu regazo.

Aquí, en este incómodo lugar, aprendí que la sabiduría florece en aquellos que se atreven a ver las angustias propias de la vida como valiosas oportunidades de transformación.

Fácil decirlo, más no vivirlo, sin embargo, en la calidez de tu abrazo siento paz. Sé que todo estará bien, que lo mejor se revela en cada pisada de fe, así sean pasitos temblorosos.

Como Flor de Loto, florezco justo donde he sido plantada.

Abrazo mi vulnerabilidad.

Siento mis emociones a todo color, sin juzgarme.

Ajusto mis velas, te entrego el timón y me permito descansar.

Segura de que tu fidelidad, como siempre, me llevará a puerto seguro.

Así de relevante  es el amor de Dios en nuestros desiertos.

_______________

Amor y gracia,

Sandy





viernes, marzo 29, 2024

EL ARTE DE RECIBIR CON GRATITUD


Le hace bien al alma recibir la completa aprobación de Dios sin culpa ni verguenza— con la ingenuidad de una niña, segura en el amor incondicional de su padre.

 

Para mi amiga en su frustrante lucha por merecer el amor de Dios.


Querida amiga,

Dios te ama, Dios te aprueba, Dios te sonríe. Nunca dudes de ello.

Te invito a pintar en el lienzo de tu imaginación la siguiente escena: Jesús sale a tu encuentro con una sonrisa luna nueva; la dulzura y el amor que irradia su mirada aligera tu corazón, refresca tu alma. Un coro de agradables emociones danzan en tu interior; el tiempo parece detenerse, la calma te abraza.

Jesús extiende sus brazos con un hermoso regalo, te dice con ternura: “Mira lo que tengo para ti, mi gracia, mi favor inmerecido. No hay nada que puedas hacer en tus propias fuerzas para ganarla o merecerla, es un regalo. Lo único que tienes que hacer es recibirla con gratitud. Tómala, es tuya.”.

¿Qué haces? ¿La aceptas con la sencillez del corazón de una niña agradecida

o la invalidas recordándole tus faltas y desaciertos?

¿Por qué nos cuesta tanto ser receptivas al regalo de Dios? Yo creo que mucho tiene que ver con la imagen que nos han presentado de él. Muchas personas crecen con la idea de un Dios malhumorado que lo único que busca es perfección de nuestra parte. Si ese es tu caso,  respira, nada puede estar más lejos de la verdad. Solo observa la coreografia de la naturaleza y descubrirás el reflejo de un Dios amoroso, creativo y cercano.

La gracia de Dios no se cuestiona. La gracia de Dios se recibe.

El mismo Jesús que dibujó la integridad de su amor a través de la historia de Las Cien Ovejas, hoy sale a tu encuentro para llevarte segura en sus brazos y recordarte que, no importa que tan alejada te sientas de él, su gracia siempre será suficiente.

La gracia de Dios, su favor inmerecido, se recibe a través de la fe, una decisión intencional que debemos tomar diariamente —abrazarla, saborearla, crecer en ella—.

 Existe un cansancio en nuestro interior que solo se desvanece aceptando y descansando en su gracia.  Mientras la perfección hace alarde de sus logros y autosuficiencia, la gracia florece a través de la experiencia del fracaso, de nuestra imposibilidad de ayudarnos a nosotras mismas, de nuestra total dependencia en Dios.

Tranquila, él no te va a tratar como otros lo han hecho. Jesús trata nuestras heridas con respeto y dignidad. ¡Déjate querer! Su gracia es suficiente.

Amor y gracia,

Sandy



viernes, marzo 22, 2024

CAFÉ, FLORES Y UNA ORACIÓN


 

No son las palabras perfectas, sino la sencillez de un corazón honesto lo que transforma mis palabras en oración.

 

Oración de un corazón honesto, reposado en el amor de Dios:


Jesús, gracias por el regalo de tu compañía, por escuchar con compasión mis silencios, por bordar mis heridas con hilo de gracia.

Eres paciente conmigo. Tu dulce mirada desarma mis argumentos, aligera mi carga interna, me viste de paz. Este dulce momento es bálsamo a mi mente, quietud a mis emociones. La armonía de tu amor sopla sanidad, calma y confianza.

Conoces todo sobre mí, sin embargo, no me juzgas ni me avergüenzas, al contrario, con susurros firmes y tiernos me vistes de dignidad —me enseñas a amarme a mí misma, a valorar las cualidades que adornan mi personalidad y aprender a no disculparme por ellas. Gracias por cultivar en mí el autocuidado y el autorrespeto.

 Me invitas a descansar en la riqueza de tu compañía, a intercambiar mis limitaciones por tu sobreabundancia; mi imposibilidad por tus riquezas; mis temores por tu amor y fidelidad.

Vistes mi corazón de felicidad. Acepto la invitación que me haces de saborearla en la vida misma, independientemente del sabor agridulce en mis circunstancias. Abrazo la decisión de cultivarla en mi interior, aunque mi mundo externo esté patas arriba. 

Te agradezco por la dulce sensación de plenitud  que se cuela en los rincones imperfectos de mi vida recordándome que, el bien y la misericordia siempre me acompañan en el camino.

Gracias por amarme, por cuidar mi integridad, por validar mis sentimientos, por acompañarme cada instante.

Háblame, Jesús. Te escucho.

Amén

________

Amor y gracia

Sandy



viernes, marzo 15, 2024

ESTO TAMBIÉN ES VALENTÍA


Las lágrimas son parabrisas del alma —alivian los nudos internos y regalan visibilidad del camino.

 


Soy humilde, no en menospreciarme frente a otros, sino en aceptar que estoy cansada fisica, mental y emocionalmente. Lo primero, daña mi amor propio;  lo segundo, me invita a cultivarlo.

Respiro. Me abrazo con compasión, me refugio bajo el amor soberano que me invita a soltar todo lo que está fuera de mi control.

Soy honesta con mis emociones —siento lo que siento, sin juzgarme—. Desde el amor y la comprensión le doy la bienvenida al tsunami multicolor que me visita, las dejo pasar como nubes que vienen y van. Como siempre, solo vienen de pasada.

Bailo bolero con mi respiración, sintonizo mi alma en su estación favorita —ahí donde cantan sus sueños, donde la creatividad toma café en el regazo de la gracia y encuentra descanso.

Lloro si siento hacerlo, las lágrimas están ahí para eso, ¿no? Me invitan a transitar mis circunstancias de una manera sana y honesta. Soy humana, soy sensible, soy llorona, y muy honrada de serlo. Una virtud anhelada por muchos.

Soy una mujer valiente que está cansada y necesita recargar las pilas a través del silencio, la calma y la lentitud.

Soy una mujer valiente, emocionalmente drenada y necesitada de respirar despacito, mientras disfruta su cafecito mañanero y conversa con su creador.

Estoy transitando el camino hacia mí misma, cultivando el amor propio, aprendiendo a escuchar y respetar el lenguaje de mi cuerpo.

¡Eso también es valentía!

________________

Amor y gracia

Sandy