El fin de semana pasado fui con una amiga a tomar un café y la chica que nos tomó la orden me halagó el collar que llevaba puesto. En menos de lo que canta un gallo le pregunté si lo quería y ella ni tonta ni perezosa dijo que sí.
Me lo quité, se lo puse en las manos, dándole las gracias por haber sido tan amable y cariñosa. Tenía una sonrisa fuera de lo común, contagiosa y encantadora.
Le combinaba perfectamente con lo que traía puesto. No perdió tiempo alguno en ponérselo , no sin antes tratar de hacer algo por mí en señal de agradecimiento, a lo que yo le respondí: “Dame las gracias y regálame una sonrisa”. Ella, sin buscarle la quinta pata al gato me dio las gracias y su mejor sonrisa.
¡Que Satisfacción! , indudablemente una experiencia mágica, donde ambas salimos beneficiadas. Lo mejor del caso, fue la naturalidad con la que ella recibió mi regalo. No hubo excusas, dudas ni miedo al que dirán. Yo estaba segura de que estaba haciendo lo correcto y ella estaba agradecida por la oportunidad que se le presentó.
De esta misma manera Dios quiere que tu recibas sus bendiciones en este día, con un corazón receptivo, una sonrisa en tus labios y una fe ingenua, que no se enfoca en razonamientos.
Eres amada, eres especial, eres valiosa para Dios. El quiere infundirte ánimo, renovar tus fuerzas, llenar tu boca de risas y tu corazón de alegría extrema. No permitas que tus pensamientos y circunstancias te roben esta verdad.
Dios es un Dios de detalles. A Él le gusta verte feliz, así que manda una señal de emergencia a todos tus sentidos, expande tu visión, enfoca tus pensamientos y recibe el cumplimiento de tus anhelos. Dios está de tu parte.
¡Feliz Semana!
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