viernes, diciembre 02, 2011

¡OJO CON ESO!




Nuestros pensamientos tienen la capacidad de definir la armonía de nuestro día.





Si me pongo a pensar en cosas tristes, voy a terminar llorando. Mejor voy a meditar en las cosas buenas que me están sucediendo. ¡Voy a contar mis bendiciones!

Si me pongo a pensar en todos mis problemas, me voy a estresar, y al final, no voy a resolver nada. Lo mejor que puedo hacer es orar, soltar mi carga y recibir la esperanza que él siempre me ofrece a cambio. ¡Dios me rodea cual escudo!

Si me pongo a pensar en el largo camino, que aún me queda por recorrer para ver el cumplimiento de mis sueños, me será imposible celebrar los pequeños adelantos que me impulsan llegar al final. ¡Disfrutar del camino es mucho más importante que llegar a la meta!

Si me pongo a pensar en todos mis errores del pasado y hago reposar mi corazón, en los brazos de la amargura y la culpabilidad, nunca voy a conocer la gracia inmerecida de Dios y el poder restaurador de su perdón. ¡Hoy recibo, su amor incondicional, su perdón inmerecido, y la vida en abundancia que me ofrece!

Si me pongo a pensar en las debilidades de mi carácter, y permito que eso traiga desánimo a mi vida, no podré ver el poder de Dios obrar a través de mis limitaciones. ¡Su poder y su amor se perfeccionan en mi debilidad! ¡Me enfocaré en mi potencial!

Si me pongo a pensar en mis circunstancias presentes y parqueo mis emociones ahí, me será difícil ver la mano de Dios tratando de formar su carácter en mí. ¡Sus planes son perfectos!

Ojo:Nuestros pensamientos tienen la capacidad de armonizar nuestro día, sea para bien, o para mal. Lo que pensamos tiene efecto inmediato en nuestras emociones, por eso es muy importante guardar nuestra mente y nutrirla con enfoques llenos de amor, esperanza, bondad, paz, fe, y todo aquello de buen fruto.

Dichoso el hombre… que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella. Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan. ¡Todo cuanto hace prospera! Salmo 1:1:3 (NVI)

Feliz Semana,

Sandy

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