 |
| Foto: Nathasha Mileshina - CC |
La cruz, es la evidencia, del desmesurado, exagerado,
inagotable, ilimitado, perfecto, incalculable, interminable, único,
incondicional, infinito, extraordinario, maravilloso, indescriptible, amor de
Dios por mí.
Era un día como cualquier otro –con las mismas
responsabilidades, las mismas 24 horas y la misma rutina. El mismo menú, los
mismos amigos, las mismas estaciones de radio y los mismos conductores imprudentes,
que actúan como si llevaran a una mujer
con dolores de parto.
No recuerdo muy bien lo que estaba haciendo cuando
tocó a mi puerta… probablemente lo de siempre: tomándome un café en
compañía de mis preocupaciones y
escuchando en repetición instantánea el hit parade de todas las metidas de
patas, que me hacen sentir avergonzada, culpable, estancada, vulnerable e
indigna del amor de Dios.
Realmente no quería que nadie interrumpiera mi
sección de auto conmiseración, pero como canta Rubén Blades: “La vida te da
sorpresas, sorpresas te da la vida.” Y aparentemente yo era la próxima en la
lista.
Cuidadosamente eché un vistazo por la ventana y para mi sorpresa, era Jesús, con una sonrisa de oreja a oreja
–de esas que sólo se ven en los comerciales de pastas dentales. Me invitó a dar
un paseo... y lo que sucedió después… sencillamente trasformó mi vida por completo.
Me sacó de la fosa de la muerte, del lodo y del pantano; puso mis pies sobre una roca, y me plantó en terreno firme.
Salmo 40: 2 (NVI)
La próxima en la lista eres tú, así que acepta la
invitación y deja que su amor te transforme a través de estas tres verdades:
1) Tu
Identidad. ¿Quién eres?
Eres una hija de Dios. Amada, perdonada, redimida,
vestida de justicia y coronada con su gracia-favor inmerecido.
Él nos ungió, nos selló como propiedad suya y puso su Espíritu en nuestro corazón, como garantía de sus promesas.
2Corintios 1:21 (NTV)
2) Tu
Herencia. ¿Qué tienes?
Eres heredera de todas las promesas de Dios. Posees
todo lo que su palabra dice que posees, comenzando por su amor incondicional
que no solo perdona tus pecados, sino que
nunca más se acuerda de ellos.
Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en las regiones celestiales con toda bendición espiritual en Cristo.
Efesios 1:3 (NVI)
3) Tu Propósito. ¿Qué haces?
Cuando entiendes que el amor de Dios es mayor que
tus faltas, que no hay nada, absolutamente nada que su sangre no pueda redimir,
entonces aprenderás a servirle desde una posición de gratitud y no de
condenación, tratando de ganar su aprobación.
Tu deseo de agradar a Dios y hacer su voluntad le
dará sentido a todo lo que hagas y te hará brillar en todo lo que emprendas,
porque tu confianza parte de Él y no de tus propias fuerzas.
Aunque el viento no sople a tu favor, sabrás que no
estás sola y que al final de la tormenta serás promovida.
…pues te cubrirá con sus plumas y bajo sus alas hallarás refugio. ¡Su verdad será tu escudo y tu baluarte!
Salmo 91:4(NVI)
No le rentes espacio en tu mente ni en tu entorno a pensamientos,
conversaciones, emociones, palabras, relaciones, amistades y hábitos tóxicos. ¡Eres
una princesa! Propiedad exclusiva de Dios. Su Amor es todo lo que necesitas.
Ver Video: (http://youtu.be/R012MTJOV_U
)
Feliz Semana,
Sandy
No hay comentarios:
Publicar un comentario