sábado, mayo 28, 2016

SI NUESTROS ZAPATOS HABLARAN







“Hace falta fe para sobrevivir en silencio. La fe es probada en silencio, en tiempos donde sientes que Dios te está ignorando.” – T.D. Jakes






Probablemente has escuchado el pensamiento que dice “las crayolas rotas todavía pintan”, refiriéndose a que las adversidades que encontramos en el camino no deberían ser un obstáculo para comenzar de nuevo y vivir cada día con propósito, pero yo prefiero decir que las crayolas rotas pintamos muchísimo mejor que las demás. 

Me parece escuchar a todas las crayolas rotas gritar a una ¡Sí!

Lo que pasa, es que en este viaje que llamamos vida, cada cierto tiempo nos toca atravesar desiertos, cruzar el Niagara en bici, navegar el Océano Atlántico en una hoja de plátano, o simplemente comernos un cable—la salud se quebranta, la depresión nos visita, la ansiedad nos sofoca, los temores nos paralizan, las heridas del pasado reviven, las relaciones se acaban y terminamos en un mundo incoloro, insípido y en pedazos.



Por lo general nuestras mayores victorias tienen como materia prima nuestras heridas más profundas. Dios tiene una manera peculiar de reciclar nuestras lágrimas.


Todo es cuestión de perspectiva. Me explico: podemos medir el tamaño de la montaña de acuerdo a nuestra capacidad humana o de acuerdo al poder de Dios. Si lo hacemos en nuestras propias fuerzas, lo más probable es que nos vamos a marear dándole vuelta a la misma montaña una y otra vez sin ver resultados.

En cambio, cuando comparamos nuestra montaña con Dios, nuestros gigantes se reducen a la categoría de mosquitos. Obviamente, a nuestros ojos humanos sigue siendo un problema, pero frente a Dios es inexistente, porque para Dios no hay nada imposible.

Cuando nuestro enfoque está en Dios nuestra victoria es un hecho—independientemente de nuestras emociones, de nuestro estado de ánimo y de nuestras circunstancias. 

Y es precisamente en saber que nuestro avance no depende de nuestros sentimientos, sino de nuestra convicción en Dios lo que nos permite avanzar, crecer y vencer.



Más Jehová está conmigo como un poderoso gigante.

-Jeremías 20:11 



No importa el tamaño de la montaña ¡Jesús es más grande que tu montaña!

No importa la imposibilidad de tu situación ¡Jesús es más grande que tu situación!

No importa la voz del temor ¡Jesús es más grande y  lo venció en la cruz!

No importa los fracasos del pasado ¡Jesús hace las cosas nuevas y ofrece nuevas oportunidades!

Si nuestros zapatos hablaran, que hablen la historia de nuestro quebranto, de nuestras noches en vela, de nuestras heridas, de nuestras caídas, de nuestros temores. Que cuenten en detalle la manera poderosa en que Jesús contestó nuestras oraciones, sanó nuestras heridas, enjugó cada una de nuestras lágrimas y transformó cada uno de nuestros fracasos en trofeos de su gracia.

Que hablen con elocuencia y autoridad, recordándole a todos los presentes que las crayolas rotas pintan muchísimo mejor que todas las demás.



… y convertiré el valle de la Desgracia en el paso de la Esperanza.
-Oseas 2:15




¡Feliz Semana!

Sandy

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