viernes, abril 04, 2014

CUANDO MIS EMOCIONES INSISTEN EN BAILAR ZUMBA



Foto: Ilmicrofono Oggiono -Creative Commons




La salud emocional se manifiesta en nosotros, cuando activamos el dominio propio en medio de la montaña rusa de nuestras emociones.









Aquí entre nos… ¿Qué tiene de malo ser emocional? 

¿Qué importa que lloremos cuando dejamos por primera vez a nuestros hijos en la puerta de la escuela? ¿Cuál es el drama si se nos hace un nudo en la garganta cada vez que escuchamos la canción “Madrecita” de José José? ¿Qué tiene de raro sentirse vulnerable cuando estamos en nuestro ciclo menstrual o en la etapa de la menopausia?

¡Absolutamente nada! Eso sí, siempre y cuando nuestras emociones sepan quién es que lleva puesto los pantalones

 Las emociones son parte del paquete perfecto de la creación. Dios sabía muy bien lo que estaba haciendo y en las sagradas escrituras no existe ningún pasaje que diga que Dios tuvo que tomarse un té de valeriana, después de haber creado a la mujer. Todo estaba impecablemente planificado, controlado y sobre ruedas. 

Gracias a nuestros sentimientos, podemos llorar, reír y ser sensibles tanto de lo que pasa en nuestro interior como de lo que pasa a nuestro alrededor. 


Nuestras emociones funcionan como sensores que nos ayudan a detectar lo que está pasando en el momento, no como un régimen autoritario que nos controla como títeres.

 


Las emociones en sí mismas son imparciales. Pero la manera como las canalizamos, nos impulsa a un nivel mayor de crecimiento personal y espiritual, o  nos estaca en una montaña rusa de sentimientos descontrolados.

¿Cómo detectar emociones con complejo de Hitler?


1)     Asumen control absoluto de tu estado de ánimo.

Es decir, que cuando las cosas marchan bien, te sientes la reina de la clase de Zumba, pero cuando alguien te ofende o las cosas no marchan como las habías planificado, te trasladas de la clase de Zumba, a un karaoke de canciones de despecho de Paquita La Del Barrio.

Tus emociones juegan ping-pong contigo.

2)     Boicotean tus pensamientos.

Los pensamientos y las emociones se complementan entre sí. Lo que piensas genera sentimientos, y la autoridad que le otorgues a esos sentimientos afecta directamente lo que piensas.


Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. – 2Timoteo 1:7 (RVR1995)

 

Los sentimientos van y vienen de acuerdo a nuestras circunstancias, pero el dominio propio nos mantiene estables en medio del Yo-Yo de nuestras emociones.

Somos mucho más que sentimientos y emociones. Somos hijas de Dios, herederas de una cualidad que muchas veces ignoramos, por darle mayor importancia a la vulnerabilidad de lo que pasa en nuestro interior que a la opinión de Dios.


Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo. 

2Corintios 10:5 (NVI)



Dios no quiere que sea víctima de tus emociones, ni que ellas definan tu conducta. El propósito que Dios tiene con tu vida supera veinte mil veces lo pasa en tu interior, por eso te premió con una herramienta mágica y poderosa llamada dominio propio.


Feliz Semana,

Sandy


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