Las promesas de Dios son como un cheque al portador, solo tienes que creérlas y depositarlas en tu corazón, para que estén disponibles de inmediato en el balance de tu vida.
No quería que me lo contarán, quería ser protagonista de lo que se conoce en los Estados Unidos como “Black Friday” (viernes negro-en español). Es el día después de Acción de Gracias, donde se inicia oficialmente la temporada de compras navideñas y las grandes tiendas ofrecen jugosos y atractivos descuentos, que hacen que los compradores abarroten los centros comerciales.
Es una experiencia parecida a los preparativos para la llegada de un huracán, con la diferencia, que los carritos no están cargados de agua y artículos de primera necesidad, sino de juguetes, ropas y electrodomésticos. Las personas no están preocupadas, sino que disfrutan la algarabía y hasta del jolgorio que se forma a la hora de pagar.
¡El próximo año, vuelvo y me anoto!
Se le llama Black Friday, porque los comercios que tuvieron su balance en rojo durante el año, usualmente logran mejorar sus estados financieros a través de las altas ventas, producto de las significativas rebajas ofrecidas al consumidor.
Pensando como los locos....... entre sorbo y sorbo de café, llegué a la conclusión de que el hombre cree que se inventa las cosas, pero la verdad es que Dios es el iniciador y autor hasta del famoso “Black Friday”.
Antes de que pienses que estoy media chiflada, te pido que sigas leyendo y te aseguro que me vas a dar la razón. Me Explico:
Cuando no teníamos esperanza, cuando creímos que nuestra situación no tenía solución, cuando nuestros errores pusieron en números rojos el balance de nuestra vida, cuando la ciencia se cruzó de brazos y negó la posibilidad de una mejoría, valientemente nuestro amado Jesús a través de su sacrificio en la Cruz, dividió el curso de la historia. Perdonó y borró cada una de nuestras iniquidades.
Venció de una vez y para siempre, nuestras enfermedades , nuestros temores, nuestros quebrantos, nuestras inseguridades, nuestras heridas emocionales, para ofrecernos una vida en abundancia que muchas veces nuestra limitada naturaleza, no logra comprender.
Jesús, hoy te regala ,un nuevo comienzo. Promete borrar tus pecados más vergonzosos y nunca más acordarse de ellos. Quiere llenar tu ser con nuevas esperanzas para que puedas soñar otra vez.
Las ofertas que Dios nos obsequia, no hay nadie que pueda igualarlas. El Puede y quiere cambiar tu tristeza, por su gozo, tu luto por su consuelo, tu quebranto por su toque sanador, tus heridas por su restauración, tu vergüenza por su justificación, restitución y aceptación.
En la medida que le damos la oportunidad a Dios de inundar nuestro espacio y formar parte de nuestro día a día, su poder y autoridad se hacen presente, transformando nuestras circunstancias, superando nuestras expectativas.
El mejor regalo que puedes hacerte en esta Navidad, es invitar a Dios a tu vida. El ya ha pagado tus deudas, te ha limpiado de toda culpa y quiere que seas heredero absoluto de todas sus promesas. No costos, no gastos de envío. Entrega directa a tu corazón con garantía eterna.
¿Ves lo que te digo?.......... ¡Las ofertas de Dios son únicas!