jueves, marzo 10, 2011

NO LE BRINDES GALLETITAS A ESOS PENSAMIENTOS


Hay momentos donde debemos pararnos frente al espejo, mirarnos a los ojos, ponernos las manos sobre los hombros, sonreir y animarnos en voz audible, recordando nuestras victorias pasadas.



Traté de animarla, pero aparentemente nada de lo que yo decía parecía ayudarla. Guardé silencio. Ella seguía llorando y yo simplemente la observaba, no tenía más nada que decir. En mis adentros le pedía dirección a Dios, una palabra, un chiste, cualquier cosa, algo que rompiera la tensión del momento. Pasaron unos segundos..., y le pregunté:

_ ¿Te acuerdas de la escena en la película Titanic, donde los músicos en vez de salvarse el pellejo, se pusieron a tocar una triste melodía, como si estuvieran entreteniendo a la muerte con fondo musical y todo?

_ Sí, me respondió. Asumo que se sintió identificada.

_ ¿A quién se le ocurre ponerse a tocar un violín en medio de un momento como ese?
Sus vidas en peligro y ellos puros tontos tocando sus instrumentos. Se dieron por vencidos, sin haber intentado agarrar aunque sea una chancleta que le sirviera de flotador, ¡bárbaros! Continué con mi crítica cinematográfica, tratando de lograr mi punto. ¡Claro está! Acompañé mi comentario con tono de voz y expresiones faciales en consonancia, para amenizar el momento. ¡Tenía que hacer algo!
Las dos cruzamos miradas al mismo tiempo y estallamos en múltiples y alegres carcajadas que nos dejaron prácticamente sin aire. Ni tonta ni perezosa y con mucha espontaneidad le dije:

“Amiga, yo se que estás pasando por momentos duros, pero uno tiene que hacer el ambiente. Yo entiendo cómo te sientes, pero esto no es cuestión de sentimientos, sino de decisión. Ya oraste, Dios conoce tu necesidad, ahora tu parte es creer y esperar lo mejor. Así de simple.

No le hagas coro a esos pensamientos negativos, ni le brindes galletitas y refrescos, que lo único que hacen es desenfocarte y hacer que pierdas tu paz. Los tiempos de dificultad también tienen su belleza, porque a través de ellos nuestra fe se fortalece, nuestro carácter madura y aprendemos a apreciar las pequeñas cosas que pasamos por alto cuando todo anda bien”.

Lo mismo que le dije a mi amiga hace unos días, te lo digo a ti en esta mañana. ORA, CONFIA y ESPERA. Dios se encarga del resto. Mientras tanto renueva tu mente y disfruta el trayecto.

Puse en el Señor Toda mi esperanza; él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor. Me sacó de la fosa de la muerte, puso mis pies sobre una roca, y me plantó en terreno firme. Salmo 40:1-2 (NVI)

Feliz Semana,