viernes, marzo 23, 2012

¡Llegó la primavera!







Vivir una vida con propósito, supera la emoción de sueños cumplidos y metas alcanzadas. Es la disposición interna de celebrar la vida al ritmo de la coreografía de Dios.




No hay que buscarle la quinta pata al gato, para darse cuenta de que la vida en general, es una fusión de alegrías, tristezas, fracasos , triunfos…días grises, días soleados… etc…etc.. Por eso es tan importante disfrutar el trayecto de la mano de Dios, para que el camino sea menos pesado, más divertido y muchísimo más refrescante.

Es un hecho: Cuando le abrimos la puerta de nuestro corazón a Jesús, sin importar la seriedad de nuestro desbarajuste interno, SIEMPRE salimos ganando. Su amor, su paz y su perdón, despiertan la primavera en cualquier corazón encarcelado, en el invierno de sus circunstancias.

De corazón a corazón y con tacita de café en mano, te comparto algunos pasitos de baile que han hecho florecer mis días grises:

- La oración no debe ser vista como una obligación, sino como una necesidad de vida o muerte.

- Cada día es un evento especial. Es un regalo de Dios.

- Cuando cultivamos gratitud, cosechamos felicidad.

- Nuestros pensamientos determinan nuestro estado de ánimo. Coloca un letrero en tu mente que diga: Espacio reservado para las promesas de Dios.

- Las palabras tienen el poder de crear o destruir. No hay punto medio.

- La preocupación nos roba la paz. La confianza en Dios nos la devuelve.

- No somos la última Coca Cola en el desierto. La humildad nos engrandece.

- Siempre debe haber espacio en nuestra agenda, para secar una lágrima, dar una sonrisa y añadir valor a otros.

Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.
Juan 16:33 (NVI)

Feliz Semana,