Photo Credit: Michelle Gow - Creative Commons |
“Nadie se ha ahogado jamás por caerse al agua, sino
más bien, por no salir de ella. Mientras nades, tu victoria es alcanzable. ¡No
te rindas!”
– Pastor Rudy Gracia
Ese momento donde saltas a sus brazos y finalmente
logras entender que…
Dios te ama, te perdona, te escucha, te acepta, te
entiende, te consuela, te sostiene, te fortalece, te transforma, te sana, te
restituye. Y lo mejor del caso: no necesita pedirle permiso a nadie para
bendecirte.
Una sensación de libertad, alivio, paz tranquilidad,
armonía, abraza tu interior. Algo así, como si le hicieran una liposucción a
nuestro corazón para extraerle todo el peso de nuestros errores, fracasos inseguridades
y temores -rescatándonos de las inalcanzables exigencias de la perfección, para que volvamos a comenzar bajo
el estándar de Gracia y Propósito, que Dios nos ofrece.
“En sus manos nuestro caos tiene significado.”
– Glynnis Whitwer
¿Quién dijo que la perfección es una cualidad
positiva? ¿A quién se le ocurrió esa barbaridad? Probablemente a la misma persona que confundió la gimnasia con la magnesia. ¡Ay ombe!
Quien tiene todo bajo control –la actitud
perfecta, los pensamientos perfectos, la fe perfecta, la iglesia
perfecta, el esposo perfecto, los hijos perfectos, las emociones perfectas, las
relaciones perfectas, la casa perfecta, el carro perfecto, el trabajo perfecto,
las amigas perfectas, el pastor perfecto, el cura perfecto … ¡definitivamente
no necesita de Dios!
Aunque pensándolo bien, quizás sean de otro planeta…
no, no creo. Seguramente están donde una vez estuvimos nosotras –escondidas detrás
del maquillaje de la apariencia, con miedo a desnudar nuestra realidad,
temerosas de las críticas y del rechazo.
Hasta que entendimos que Dios no se impresiona con
tontadas. Su amor se derrite ante la sencillez de un corazón sincero, sin filtros,
ni Photoshop, que sueña con una nueva oportunidad.
“Les he dicho todo lo anterior para que en mí tengan paz. Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he vencido al mundo.”
– Jesús (Juan 16:33)
Por eso cada mañana tenemos el atrevimiento de
gritar a los cuatro vientos:
1) “Hoy
decido ser feliz y vivir cada instante con pasión y significado, no porque en
mi vida todo sea color de rosas, sino porque la bondad de Dios supera mis
circunstancias.”
2) “Hoy
decido verme a través de la perspectiva
de Dios y no a través de la lupa de mis desaciertos. Recibo su perdón, me
perdono a mí misma y acepto la Gracia que Dios me ofrece, libre de culpa y
condenación.
3) “Hoy
decido cerrarle la puerta de mi corazón a la crítica destructiva, a la
apariencia, al temor, a la amistad falsa, y a todo aquello que por años lo único
que ha hecho es restarme valor.
Emprendo mi vuelo rumbo a
conquistar mi propósito con entusiasmo y determinación. Segura de que quien
comenzó en mí la bueno obra, la perfeccionará día a día.”
“Los que confían en el Señor encontrarán nuevas fuerzas; volarán alto, como con alas de águila. Correrán y no se cansarán; caminarán y no desmayarán.”
– Isaías 40:31 (NTV)
¡Eres amada, imperfecta y aprobada por Dios!
Ver Video: (http://youtu.be/3Fh0m5pB3nU
)
¡Feliz Semana!
Sandy
Sandy@friendshiplatte.com