Foto: Jesús Solana - Creative Commons |
Si Dios hubiera querido que nuestro pasado fuera el
eje de nuestro presente, probablemente tuviéramos los ojos detrás de la cabeza
y camináramos de espalda.
Esta semana, una amiga publicó en su cuenta de Facebook
una foto con el siguiente mensaje: “Me hubiera gustado haber tomado mejores
decisiones en algún momento de mi vida.”
Quien no se identifique con estas palabras,
posiblemente padezca de Alzheimer, o ha decidido vivir la vida loca que canta Ricky Martin.
Pero ¿quién no ha querido haber tomado mejores decisiones en algún momento de
su vida? A todos nos pasa.
Lo importante aquí, es aprender de nuestros errores
y usarlos como herramientas de crecimiento, no como celda de castigo
El plan de Dios para nuestras vidas NO es que nos
quedemos estancadas en nuestros temores, culpas, en lo que pudo haber sido y en
lo que no fue. Esos razonamientos lo único que hacen es estancarnos,
encarcelarnos, hacernos miserables y hacer miserables a los que nos rodean.
Olviden las cosas de antaño; ya no vivan en el pasado. ¡Voy a hacer algo nuevo! Ya está sucediendo, ¿no se dan cuenta? Estoy abriendo un camino en el desierto, y ríos en lugares desolados.
-Isaías 43:18-19
Si el peso de tu pasado te roba la bendición de
disfrutar el hoy, necesitas mudarte con
carácter de urgencia y sin pensarlo dos veces a la cuidad de “Nuevos Comienzos”, donde el
AMOR incondicional de Dios habla más fuerte que nuestros temores, donde su
PERDÓN nos viste de justicia, donde su GRACIA perdona lo imperdonable y nos bendice
en abundancia, donde nuestras cenizas son intercambiadas por BELLEZA y ALEGRIA.
Lo único que tienes que hacer es dar un paso de fe, creerle a Dios y pasar la
página.
Dios también me envió para consolar a los tristes, para cambiar su derrota en victoria, y su tristeza en un canto de alabanza.
-Isaías 61:2-3 (TLA)
Me parece una idea maravillosa escribirle una carta
al dolor de nuestro pasado, para que se dé por enterado de que hemos decidido
recibir la vida en abundancia que Dios nos ofrece y que nos negamos
rotundamente a vivir en la cárcel del dolor, del miedo, de la culpa, de la condenación,
de la vergüenza, de lo que pudo haber sido y de lo que nunca fue.
Querido Pasado:
Quiero darte las gracias por cada experiencia
adquirida a través de cada una de mis torpezas. Mi inmadurez me llevó a cometer
mucho errores, pero para serte franca, estoy sumamente agradecida, porque
gracias a ellos hoy estoy en una posición privilegiada de crecimiento y
bendición.
Aunque muchas de mis heridas fueron producto de mis
malas decisiones, no es menos cierto que las malas decisiones de otros también me
hicieron mucho daño. Pero gracias a la fidelidad de Dios comprendí, que el
desierto es el campo de entrenamiento de aquellos que quieren alcanzar el
éxito.
Hoy exhibo mis cicatrices con orgullo y dignidad,
porque hablan de las proezas de Dios en medio de mis limitaciones y carencias.
Quiero darte las gracias por cada uno de mis
fracasos, porque la suma de ellos me hizo conocer el valor de la experiencia.
Hoy soy mejor persona gracias a ellos.
Te dejo mis temores, mis culpas, mis preocupaciones,
mis miedos. Lo único que me llevo es el crecimiento que adquirí a través de
cada prueba superada.
Me cansé de tus argumentos. Te informo que la GRACIA
de Dios es todo lo que necesito.
“La Gracia de Dios es más que una segunda oportunidad.
Es una tercera una cuarta, una quinta. Es Amor que sigue dando a pesar de
nuestro pasado.”
– Fuente Desconocida
Feliz Semana,
Sandy