Amarte a ti misma
comienza con creer, vivir, abrazar y celebrar la opinión que Dios tiene de ti.
No es tu media naranja,
es tu naranja completa.
No sólo te hace
sentir maripositas en el estómago, sino que las creó en un derroche de
creatividad para verte sonreír.
Amarte es el motor
de su agenda. No existe nada que impida que su amor por ti se debilite—ni tus
errores, ni tus fracasos, ni tus malas decisiones, ni tu pasado. Eres preciosa
y digna ante sus ojos.
No eres definida
por tus desaciertos, mucho menos por la opinión que los demás puedan tener de
ti. Eres definida
por su amor. En Él se encuentra tu verdadera identidad.
Tu responsabilidad
es ser receptiva a ese amor incondicional. Gratitud y confianza son tus
sensores primarios.
-Sarah Young
En tus momentos de
mayor necesidad, donde humanamente no existe solución alguna, Él se place en
abrirte caminos
en el desierto y ríos en lugares desolados.
Tu insuficiencia e
incapacidad de resolver los problemas en tus propias fuerzas es precisamente lo
que activa su provisión milagrosa, para que no dudes ni siquiera por un instante
de lo pendiente que está de cada mínimo detalle de tu vida.
Él escucha cada
una de tus oraciones, incluso aquellas que las lágrimas articulan por ti,
o las que dudas en hacer por lo ridículas que podrían sonar. Él escucha tu
silencio, entiende tu ansiedad, por eso te invita a intercambiar tu
necesidad por su paz y reposo.
Les dejo un
regalo: paz en la mente y en el corazón.
Juan 14:27 (NTV)
Sus planes para tu
vida superan tus sueños más absurdos. Le place hacer realidad los anhelos
más profundos de tu corazón.
No tienes nada que
probar porque has sido amada, aprobada, redimida, justificada, dignificada y bendecida por Jesús.
Las mismas manos
que multiplicaron los panes y los peces, las que resucitaron a los muertos, las
que transformaron el agua en vino, las que fueron clavadas en la cruz para
declararte inocente, son las mismas manos que te sostienen, que te abrazan, que
te cuidan y te defienden.
Hoy es el día
perfecto para ponerle punto final a esa experiencia negativa. Para depositar tus cargas en las manos de Jesús, para hundirte en su
abrazo y perderte en su voz de aliento y restauración.
Feliz Semana.
Sandy