viernes, febrero 02, 2018

COSTURA DE AMOR PARA CORAZONES SEDIENTOS



Cuando oro con la certeza de que Jesús me escucha con amor, paciencia y comprensión, se me hace más fácil desempacar las heridas y las cargas de mi corazón ante él.


Jesús te ama muchísimo más de lo que tu mente humana puede procesar.

Muchas veces, hasta por instinto, tratamos de encajar a Dios en nuestra humanidad y asumimos que su amor hacia nosotras está condicionado a nuestra buena conducta —si me porto bien, me amas; si me porto mal, estás enojado conmigo. ¡Nada puede estar más lejos de la verdad! Jesús no sólo nos ama sin condiciones, sino que también nos ama de manera única e individual.

Dios no solamente ama al mundo, Dios también te ama a ti, con todos tus defectos, con todas tus virtudes, con todos tus errores, con todas tus victorias.

No hay nada en la historia de tu vida que sea sorpresa para Dios. No hay herida, fracaso ni mala decisión que lo aparte de tu lado y lo haga amarte menos.

Lo dejó muy claro en la parábola de las cien ovejas —Él deja a las noventa y nueve para ir en busca de ti.

Fue preciso en la historia del hijo prodigo —sale a tu encuentro, te recibe con un derroche de amor y algarabía, te viste de justicia, y celebra por todo lo alto tu regreso. 

¡Así de valiosa y especial eres para Dios!


En Su amor nuestras heridas son cosidas con hilo de gracia—favor gratuito e inmerecido de Dios—.

 


En la revelación de Su amor descubres que no eres tus errores y que no eres definida por tus fracasos. Su gracia redime cada capítulo doloroso, cada una de tus lágrimas, y reescribe el libreto de tu vida con tinta de misericordia.

A Jesús te encanta pasar tiempo contigo. Le gusta escucharte hablar con sinceridad y ver como desempacas las heridas de tu corazón sin temor a ser rechazada. Entiende a la perfección el lenguaje y la elocuencia de tu silencio.

¡Sin lugar a duda Jesús conoce tu corazón!

Acércate con confianza…salta a Sus brazos con la ingenuidad y seguridad de una niña … ¡Él te sostiene! ¡Él te abraza! ¡Él te aprueba! ¡Él Te ama!


Jesús se puso de pie y exclamó: ― ¡Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba!  De aquel que cree en mí, como dice la Escritura, brotarán ríos de agua viva. – Juan 7:37-38


Amor y gracia,

Sandy


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