Cual girasol encantado
con la sonrisa del sol tu gracia me sostiene con firmeza, bañándome en tu amor,
sembrando belleza en cada herida y en cada recuerdo doloroso.
“¡El Dios que
sostiene el universo sostiene mi vida!”
Fueron sus últimas
palabras antes de cerrarle la puerta en las narices a unos visitantes
indeseados, entre los que se encontraban el temor, la preocupación y la duda.
Diariamente hace
lo mismo: con firmeza y determinación espanta a esos forasteros de su mente
desde su lugar de reposo —su identidad en Dios— donde encuentra libertad, paz y
propósito.
Por mucho tiempo
fue marioneta de cuanto pensamiento aterrizaba en su cabeza; manipulada por
cada historia de terror que el miedo le contaba, memorias que la avergonzaban,
suposiciones que la ahogaban en un mar de ansiedad.
Pero todo cambio
el día que su miseria fue interrumpida por el único con autoridad para hacerla
verdaderamente libre, ¡Jesús! Ante su imponente presencia sus angustiadores no
tuvieron más alternativa que implorar misericordia y salir corriendo como
ratones cobardes.
Con frecuencia la voz del desánimo habla más fuerte que el susurro y afirmación de Dios. ¡No pierdas el enfoque! Jesús siempre gana, Jesús siempre tiene la última palabra.
Sale a nuestro
encuentro en nuestro momento más oscuro; nos sostiene cuando creemos que no hay
esperanza; nos revela Su verdad en medio de nuestra confusión, nos abraza con
su gracia cuando creemos no merecer su amor.
Y es precisamente
cuando nos rendimos a esa aprobación que reta nuestro entendimiento que
experimentamos libertad emocional, paz interior y valentía para seguir
avanzando en fe. Recordando que su poder se hace fuerte en nuestra debilidad…
poco a poco… paso a paso…creciendo a través del camino.
Amiga, no todo
lo que vuela sobre nuestra cabeza está obligado a aterrizar en ella, y mucho menos si
contradice la opinión de Dios y sus promesas.
Y a medida que
permites que Su amor y Sus palabras de aliento sean la única verdad que
gobierne tu mente y tu corazón, también podrás decirles a esos visitantes
indeseados desde una posición de reposo y victoria:
¡El Dios que
sostiene el universo, sostiene mi vida!
“…Ustedes se
salvarán solo si regresan a mí y descansan en mí. En la tranquilidad y en la
confianza está su fortaleza…” – Isaías 30:15
Amor y gracia,
Sandy