No permitas que
las heridas y tropiezos del camino empañen tu belleza y dignidad.
Desde antes de
nacer me amaste. Desde el vientre de mi madre me aprobaste. Me hiciste a la
medida perfecta de la vida que diseñaste para mí. Y aunque no siempre estuve
consciente de ello, puedo mirar el camino recorrido y suspirar, al mismo tiempo
que la realización de tu presencia en mi vida me hace sonreír.
Siempre has
estado conmigo.
Desde antes de
nacer me conociste. Desde el vientre de mi madre tatuaste tu propósito en mí. Me creí dueña de mi vida tomando decisiones sin darte participación, no porque
no eras importante, sino porque te creí distante y enojado conmigo. Sin embargo,
el bien y la misericordia que me prometiste siempre me han acompañado, aun en
los pozos ciegos de la vida.
Siempre has
estado conmigo.
Desde antes de
nacer sabias de mis culpas y fracasos. Desde el vientre de mi madre tu gracia bordó
en el lienzo de tu corazón mi rescate. Me diste belleza en lugar de cenizas,
traje de fiesta en lugar de espíritu de desaliento, abriste un camino en el
desierto para mí y me cubriste con la bandera de tu amor.
Siempre has
estado conmigo.
Me parece
fascinante el árbol familiar que diseñaste para ti mismo. Entre ellos, vasijas
rotas con historias de fracaso, dolor y vergüenza.
Siendo Dios,
elegiste lo débil y despreciado a los ojos humanos para identificarte con los
capítulos de mi vida que prefiero leer en voz baja.
Jesús conmigo en
mi tristeza,
Jesús conmigo en
mi alegría,
Jesús conmigo en
el desierto,
Jesús conmigo en
verdes pastos.
Jesús conmigo en
mi ansiedad,
Jesús conmigo en
el reposo de mi alma,
¡Sanando! ¡Restaurando! ¡Restituyendo!
Amiga, no
importa la situación, Jesús siempre está cerquita de ti.
Puedes compartir
tus bendiciones, tus alegrías y los pedazos rotos de tu historia. En su
presencia hay abundancia y plenitud para cada una de tus carencias.
¡Atrévete a
crecer en esta verdad transformadora!
«¡Miren! ¡La
virgen concebirá un niño! Dará a luz un hijo, y lo llamarán
Emanuel, que significa “Dios está con nosotros”». -Mateo 1:23
(NTV)
Amor y gracia,
Sandy