viernes, abril 17, 2020

SORBITO DE ESPERANZA



Pero es precisamente nuestra incapacidad de ayudarnos a nosotras mismas lo que abre paso a las ilimitadas posibilidades de nuestro Dios.




¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes?

Creo  importante hacernos estas preguntas y contestarlas honestamente. La fe no es una negación de la realidad, sino un acto de reposo en aquel que nos ama, quiere lo mejor para nosotros y es soberano sobre todo y todos.

Francamente, es muy normal sentirnos vulnerables, ansiosas y temerosas ante el cambio abrupto que nos ha tocado protagonizar. Nos cambiaron el fondo musical, la coreografía y hasta el vestuario.

Pero, Jesús no ha cambiado. Jesús entiende, está más cerquita, y valora nuestra transparencia.

Una oración sencilla, sincera, orgánica y vulnerable siempre llega con agrado al corazón de Dios.

De pronto te pasa lo mismo que a mí, un día te sientes arriba y otro de bajada en una montaña rusa… un nudito en la garganta, un frio en el estómago, una tristeza en el corazón — basta ir al súper y vernos con mascarás y guantes para querer despertar de lo que por momentos parece una película.

Y justo en medio de esta amalgama de emociones, Jesús nos invita a refugiarnos en su abrazo, en su amor, en su fidelidad… no te sorprendas si a medida que te pierdes en la aprobación de su mirada y pierdes noción de lo que te rodea, te invade una paz que sobrepasa tu entendimiento y un gozo que se eleva por encima de tus circunstancias.

 “No tengan miedo. ¡Tengan ánimo! ¡Yo estoy aquí!  

– Jesús  




Podemos ser fuertes y vulnerables al mismo tiempo; confiar y llorar; ver el panorama nublado y aferrarnos a la esperanza de que los planes de Dios son buenos, que lo mejor está por llegar.

No somos de piedra, somos humanos, Jesús nos entiende, nos cuida y nos envuelve en su gracia.

¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes? 

Sé honesta con tus sentimientos, sé honesta con Jesús. Ofréndale tus sentimientos encontrados y permite que su poder que haga fuerte en tu debilidad.

“Pues yo sé los planes que tengo para ustedes —dice el Señor—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza”. 
– Jeremías 29:11 (NTV)

Amor y Gracia,

Sandy

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