“El Lugar secreto del Altísimo es estar en Cristo, el escondite más seguro”.
– Joseph Prince
Exhala.
Esa palabra
captó mi atención mientras mi dedo índice se movía con rapidez pegado a la
pantalla de mi celular.
¿Exhala? Así que
me detuve y leí el resto del mensaje compartido en la cuenta de Facebook de
Propel Women: “Tal vez ni siquiera te has dado cuenta de que estás aguantando
la respiración… pero Dios te invita a exhalar”.
En ese momento
me di cuenta de que por días había estado contrayendo los músculos de mi
abdomen inconscientemente —respiré, exhalé y dos lágrimas corrieron por mis
mejillas—. Sin darme cuenta, mi cuerpo estaba reaccionando al estrés y a la
incertidumbre que todos estamos viviendo con esta bendita pandemia.
Y mientras acepté
la invitación a respirar, ofrendé mi vulnerabilidad a Jesús. Él no nos exige
perfección. Él entiende nuestra fragilidad.
Cuando salto a
sus brazos y reconozco que, a pesar de mis temblorosos pasitos de fe, es él
quien pelea mis batallas, es su poder que se hace fuerte en mi debilidad.
Un corazón confuso que corre a los brazos de Jesús siempre encuentra comprensión y reposo.
Caminar en fe no es pretender fortaleza negando nuestras circunstancias y sentimientos, sino aceptar nuestros sentimientos sin que estos nos controlen, conscientes de que Dios nos ama, nos entiende, nos cuida y gana todas las batallas. ¿Amén? ¡Amén!
Así que vamos a
respirar, vamos a descansar en el regazo de Jesús y vamos a ser receptivas a su
voz de amor y comprensión.
Jesús nos invita a refugiarnos en su amor, el
lugar secreto donde crecemos, florecemos y descansamos.
“¡El Señor mismo te cuida! El Señor está a tu lado como tu sombra protectora”.
– Salmo 121:5
(NTV)
Amor y Gracia,
Sandy