viernes, agosto 27, 2021

RESPIRA


La verdadera plenitud no es una vida carente de luchas y lágrimas, sino la valentía de un corazón humilde que se atreve a rendir sus desiertos a Jesús, y es acogido bajo el brazo protector de su gracia.

 

 

Cuando te sientas estancada en la vida.

Cuando sientas que nadie aprecia lo que haces.

Cuando eres todo para los que te rodean, pero no parece ser recíproco.

Corre a sus brazos, cuéntale tus dilemas. Llora si es necesario y no te disculpes por ello.

 

Cuando las preocupaciones de mañana te roben la alegría de hoy.

Cuando tus sueños parezcan haber perdido la brújula y comiences a dudar de su validez.

Cuando tus pensamientos parezcan mercado y tus emociones se nieguen a cooperar.

Quédate quieta. Suelta todo a sus pies; descansa tu mente y corazón en la seguridad de su abrazo.

Respira. Escucha los latidos de su corazón.  El poder sanador de su amor espanta tus miedos y restaura los callejones dolorosos de tu corazón.

 

Cuando la desesperanza te arrope y sientas deseos de llorar.

Cuando la duda haga nido en tu fe, y parezca que Dios te ha olvidado.

Cuando la confianza te abandone y la imposibilidad se ría en tu cara.

Cierra tus ojos físicos, abre los de tu interior. Respira.

 Si prestas atención, entenderás que no estás sola. Nunca lo has estado, nunca lo estarás.


¿Lo ves? Te regala su mejor sonrisa, seca con sus manos las lágrimas que cubren tus mejillas. Te mira fijamente, y te dice:

“No temas. Yo estoy aquí contigo. Yo te ayudo”.


Su amor espanta tus temores.

Su amor entiende tus heridas más profundas y las sana.

Su amor te bendice de manera abundante en medio de la imposibilidad humana.

Respira.

“Tú me enseñaste a vivir como a ti te gusta. ¡En tu presencia soy muy feliz!

¡A tu lado soy siempre dichoso!” – Salmo 16:11 (TLA)

Amor y Gracia

Sandy