viernes, noviembre 26, 2021

DESCANSA


 

Sin embargo, la realidad de mis emociones jamás debería poner en tela de Juicio el amor de Dios ni la fidelidad de sus promesas.

 

 

Sé que a veces sientes que tus sueños parecen inalcanzables.

Sé que a veces cuestionas tus talentos y sientes que no tienes mucho que ofrecer.

Sé que a veces te comparas con personas menos capacitadas que tú y te preguntas por qué han alcanzado sus metas y tú no.

Sé que a veces miras al futuro con un poco de temor y te invaden escenarios que asaltan tu confianza y encadenan tus pensamientos en un círculo vicioso de ansiedad y desesperanza.

¿Qué te digo? Yo también me he sentido igual, y muchísimo más ahora en medio de esta bendita pandemia que ha llegado a cambiarnos la coreografía de vida a todos.

¡Está de madre! Ya cumplimos dos años en este maratón.

Nos ayuda sentir lo que sentimos, y al mismo tiempo descansar en Dios —en su amor, en su fidelidad, en habilidad, en su soberanía.


Su amor nos invita a ser honestas, a llorar en su regazo, a sacar del pecho aquello que sólo Él puede entender.


Su fidelidad nos invita a construir en sus promesas, no en nuestras dudas y temores.


Su habilidad nos invita a mirar nuestra imposibilidad como oportunidad de ser protagonistas de su mano milagrosa. ¿Sabías que lo imposible se derrite ante su poder?


Su soberanía nos invita a descansar, porque no hay nada que escape de su control. Las mismas manos que crearon la profundad del universo, son las mismas que limpian nuestras lágrimas, nos acurrucan en su pecho, nos sostienen con seguridad.


No, no estás sola. Jesús está contigo. Exprésale sin timidez tus garabatos internos. Él honra tu honestidad.

Su amor, su fidelidad, su habilidad y su soberanía son terreno firme donde puedes construir tu vida, así que, descansa.

“Me has dado tu escudo de victoria. Tu mano derecha me sostiene; tu ayuda me ha engrandecido”. – Salmo 18:35 (NTV)

Amor y gracia,

Sandy


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