Quiérete. El autocuidado es fortaleza.
Soy humilde, no por
menospreciarme frente a otros, sino en aceptar que estoy cansada fisica, mental
y emocionalmente. Lo primero daña mi amor propio, lo segundo me invita a
cultivarlo.
Me abrazo con
compasión, me refugio bajo la mano soberana que me invita a la calma que solo
su compañía provee.
Soy honesta con mis
emociones, siento lo que siento y las llamo por su nombre. Desde el amor y la
comprensión le doy la bienvenida al tsunami multicolor que me visita, las dejo
pasar como nubes que vienen y van.
Sintonizo mi alma en
su estación favorita, ahí donde cantan sus sueños, donde la creatividad toma
café en el regazo de la gracia.
Lloro si siento
hacerlo, las lágrimas están ahí para eso ¿no? Me invitan a transitar mis
circunstancias desde la manera más sana y honesta posible. Soy humana, soy sensible,
soy llorona. Una virtud anhelada por muchos.
Vivo el aquí y el
ahora. Lo que pasó, pasó. Y lo que viene está en las manos de Dios.
¡Soy una mujer
valiente!
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Amor y gracia
Sandy