viernes, marzo 29, 2013

Los regalos que me hicieron sonreír



Foto: The Fost - CC
 
 

Cuando entendemos el sacrificio de Jesús en la cruz, no nos queda más que decir: ¿Hiciste esto por mí?  - Max Lucado  








Años atrás mientras atravesaba un proceso difícil en mi vida -carente de sabiduría y de dirección; decidí buscar un consejo de quien consideraba en ese entonces “La última Coca Cola del desierto.” Su consejo ni me quito la sed, ni refrescó mi alma. Fue una combinación fatal, de  falta de visión de su parte, y carencia de identidad de la mía.

 “No te ilusiones para que no te desilusiones.” Fueron sus palabras.

Exactamente eso fue lo que hice. Martillé esa mentira en lo más profundo de mi corazón y sin darme cuenta quedé atrapada en un mundo sin ilusiones, sueños ni esperanzas.

Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.

Jeremías 29:11 (NVI)


Jesús intersectó mi mente con las palabras de Jeremías 29:11. Envolvió mi alma en gazas de amor. Y me hospitalizó de emergencia en su taller de carpintería, ubicado al pie de la cruz.

Más que taller, aquello parecía Navidad. La cruz estaba llena de regalos y todos eran para mí.

Jesús no vino a construir paredes, sino puentes que conectan nuestra insuficiencia con su sobreabundancia.


Jesús pagó un precio muy alto por tu libertad y te está esperando al pie del madero para darte la herencia que te corresponde:
 
  • Amor Incondicional
  • Perdón de pecados
  • Vida Eterna
  • Paz
  • Sanidad
  • Confianza
  • Coraje
  • Determinacion
 

Vengan, pongamos las cosas en claro –dice el Señor-.

¿Son sus pecados como escarlata? ¡Quedarán blancos!

¿Son rojos como la púrpura? ¡Quedarán como la lana!

 

Isaías 1:18 (NVI)


La lista de regalos pica y se extiende…
 
  • Protección
  • Fe
  • Favor
  • Libertad
  • Ayuda
  • Esperanza
  • Integridad
  • Paciencia
  • Dominio Propio
  • Victoría
  • Gozo

Desempacamos estos regalos de gracia quizás por primera vez, Y mientras los tocas y sientes la madera de la cruz y sigues las marcas dejadas por la corona y palpas las puntas de los clavos, te detienes y escuchas. “Sí, yo hice esto por ti.”

- Max Lucado

 

 


Feliz Semana

Sandy


 

 

 

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