viernes, septiembre 12, 2014

BAILANDO SOBRE LAS OLAS DE LA ADVERSIDAD



Foto: Matthew Poulson - Creative Commons




“Exhibe tus tragedias como armadura, no como grilletes.”

 – Anónimo



 


Un hombre tenía como costumbre salir a caminar a la orilla de la playa. Una mañana se detuvo a conversar con el faro —protagonista de grandes tempestades, héroe de miles de embarcaciones y espectador de hermosos paisajes que representan la grandeza y la creatividad de Dios.

__ ¿Cuál es la magia?  ¿Cómo puedes mantenerte de pie todo el tiempo?

__  Amigo, no creo en magia ni en golpes de suerte. Creo en propósitos.
Por mucho tiempo cuestioné mi valor, mi atractivo, mi importancia. Quise ser embarcación para conocer nuevos lugares, quise ser gaviota para volar alto y experimentar la libertad, pero todo mi esfuerzo fue en vano.

En medio de mi inconformidad y desesperación le pedí a Dios que cambiara mis circunstancias y me respondió transformando mi corazón. Desde entonces, no pretendo ser lo que no soy, ni ando por toda la isla tratando de salvar embarcaciones. Mi propósito es estar aquí, en la orilla del mar ¡brillando!



Las pruebas son períodos de transición que conectan mis vacíos con el plan perfecto de Dios para mi vida. Mejor conocido como propósito.



¿Qué te impide vivir una vida con pasión y significado?


Nuestros mayores obstáculos no son nuestras circunstancias, heridas, temores, inseguridades,  carencias, metidas de patas, fracasos, ni las últimas noticias del ébola o la chikungunya. Como diría Luis Miguel: No culpes a la noche. No culpes a la playa. No culpes a la lluvia…

¡Nuestro mayor estorbo somos nosotras mismas!

Se nos hace más fácil analizar y criticar nuestras faltas, que apreciar y valorar nuestras fortalezas. 

Se nos hace más fácil pensar que Dios está enojado con nosotras y por eso no contesta nuestras oraciones, cuando lo que Dios realmente quiere hacer, es transformar nuestro corazón —ocupar el hit parade de nuestros pensamientos, fortalecer nuestra fe, cumplir sus promesas sobre nuestras vidas, desarrollar nuestro carácter y darnos crecimiento en medio de la tempestad.



Dios es bueno, pero Dios no es débil. Él nos toma con firmeza de la mano y nos guía a un cambio radical de vida.
  
– Max Lucado


¿Realmente quieres vivir una vida con propósito y significado? 


Entonces, es tiempo de dejar de buscarle la quinta pata al gato y comienza a:

1)     Asumir total responsabilidad de tu crecimiento.

2)     Meditar —pensar, reflexionar, creer — en las promesas de Dios. Considéralas como el título de propiedad y la autoridad final que garantiza tu victoria.

3)     Tomar control de tu dialogo interno.

4)     Comenzar a ver las tormentas como trampolines que te  impulsan a crecer y a mejorar cada día.

Dios sabe donde estás, pero quiere llevarte a donde te corresponde estar. A un lugar espacioso, donde todo lo que crees que ha impedido tu progreso durante todos estos años, no son más que herramientas para el cumplimiento de su propósito en ti.



Pero el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas…

2Timoteo 4:17 (NTV)



Las experiencias más difíciles, son por lo general, las que pulen nuestras mejores cualidades

¡Exhibe tus tragedias como armadura, no como grilletes!

¡Feliz Semana!

Sandy,

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