sábado, mayo 07, 2016

DULZURA PA MI ALMA











“Como una flor silvestre ella pasaba los días permitiéndose crecer. No todos supieron de sus luchas, pero eventualmente, todos supieron de su luz.” – Nikki Rowe









Bien dice el dicho “quien anda con cojo al año cojea”, lo mismo ocurre cuando pasamos tiempo con Jesús —nos empiezan a gustar las cosas que a Él le gustan, hablamos como Él, actuamos como Él y comenzamos poquito a poco a ver la vida desde su perspectiva.

¿Sabías que a Jesús le encanta pasar tiempo contigo?... Sí, contigo. Le gusta escucharte hablar con sinceridad, sin filtros ni pretensiones; al fin de cuentas, Él te conoce más de lo que te conoces a ti misma.

No has organizado bien tus ideas y ya Él sabe lo que vas a decir. Entiende a la perfección el lenguaje de tu silencio y la elocuencia de cada una de tus lágrimas.

Muchas veces, evadimos pasar tiempo con Dios por temor a ser rechazadas e incomprendidas; pensamos que nuestras faltas pintan su rostro de dureza y decepción, cuando en realidad su corazón se derrite de amor hacia nosotras y cual padre preocupado desea correr a nuestro encuentro, para abrazarnos, perdonarnos, bañarnos en la sobreabundancia de su gracia y vestirnos de su justicia.


“Cuando tienes la revelación de cuanto  Dios disfruta verte cada día, el tiempo con Él se transforma en una delicia, no en una obligación.” 

 

– Katherine Ruonala

 


Es en la seguridad de su amor hacia nosotras donde las piezas de nuestro rompecabezas cobran sentido. No hay herida tan profunda, recuerdo tan doloroso, pecado tan vergonzoso, temor tan debilitador, que no se rinda ante la presencia de nuestro Salvador.

Acércate con toda confianza al trono de la gracia, allí encontrarás un manjar para tu alma, sin importar la gravedad de tus faltas ni la complejidad de tus problemas, porque amarte es su delicia y lo imposible su especialidad.


Es en nuestra dependencia, y no en nuestra autosuficiencia, donde somos abrazadas por su gracia.

 


La mesa está servida, el café recién colado. Jesús te espera con una sonrisa en su rostro para vestirte con su amor y poner a tu disposición la paz que tu alma tanto anhela. 

¡No esperes más! ¡Corre a sus brazos! Jesús está cerquita de ti.


¡Feliz Semana!

Sandy








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