“Ninguna tempestad es tan grande, ninguna ola tan alta, ningún océano tan profundo, ningún viento tan fuerte, que Jesús no pueda calmar o llevarnos seguros en sus brazos.”
–
Anne Graham Lotz
Es cierto que
pasó, es cierto que duele, es cierto que es una situación difícil, es cierto
que te sientes temerosa, es cierto que tienes dudas, es cierto que a veces te
siente incomprendida, es cierto que te sientes estancada, pero es tiempo de
avanzar.
Tus sentimientos
son válidos, tus argumentos reales, tus circunstancias innegables, tus
preocupaciones verdaderas, pero es tiempo de avanzar.
No importa el
tamaño de la montaña, tu incapacidad de escalarla, la hostilidad de tus
críticos, el combate en tu interior, ni las voces desalentadoras que luchan por
aterrizar en tu mente, porque es tiempo de creer, de confiar, de reposar en
Dios, de avanzar.
Cuando mi enfoque está en Jesús, en su sacrificio de amor por mí en la cruz y en el impacto que esto tiene sobre mi vida, siento como su gracia sopla vientos de libertad, reposo y restitución a cada rinconcito de mi alma.
Porque es bajo las
alas de su amor donde estás segura, donde el miedo no tiene acceso a ti y donde
aprendes a ver tus problemas desde la perspectiva de Dios y no desde tus
limitaciones humanas.
David no venció a
Goliat porque era más fuerte que él. David sabía que humanamente estaba en
desventaja, pero su confianza no estaba puesta en sí mismo, sino en Dios… y
amiga mía, tú y yo sabemos el final de la historia—Goliat quedó más aplastado
que un plátano en un mofongo.
¿Copias la idea?
Cuando me enfoco en el problema entro en su terreno y me dejo gobernar por sus leyes,
pero cuando me enfoco en Jesús y me alimento de su amor por mí, de mi identidad
en Él, de su carácter, de su poder, de su soberanía, mi problema entra en territorio
sagrado sin más remedio que derretirse como mantequilla frente al sol de
verano.
¡Jesús es la
solución para todo lo que impide mi progreso!
“yo te libraré de las tristezas que son para ti una carga deshonrosa.”
– Sofonías 3:18
Avanzar es CREER
que el amor de Dios es el único terreno fértil y seguro donde podemos construir
nuestras vidas, nuestros sueños, nuestros planes, sin temor a la decepción ni
al fracaso.
Avanzar es CONFIAR
ciegamente en las promesas de Dios. Es decirnos a nosotras mismas: “Si Dios lo
dice yo lo creo, independientemente de mi situación, de la gravedad de mi
problema o de mi estado de ánimo.”
Avanzar es REPOSAR
en la fidelidad de Dios. Es exhalar las cargas que impiden nuestro progreso e
inhalar su gracia, su amor, su aceptación, su cuidado, sus promesas, su
protección y perdernos en su abrazo.
“Puedes traerle a Dios cualquier dolor que hayas experimentado e intercambiarlo por algo maravilloso.”
– Katherine Ruonala
Cuando tomamos la
decisión de avanzar, regularmente nuestras emociones se oponen y nos hacen sentir
más vulnerables que nunca ¡Claro! los pasos de fe son intimidantes, pero es lo
único que Dios nos pide que hagamos—Creer.
¡No te desanimes!
Avance es avance aunque sea medio paso. El punto es seguir adelante y no
quedarnos estancadas en los mismos temores, en los mismos patrones de
pensamientos, regando las mismas semillas equivocadas.
¡Ponte los tennis
y avanza! Jesús no sólo está con nosotras ¡también ganó la batalla!
Feliz Semana
Sandy