sábado, abril 28, 2018

ELLA TIENE FUEGO EN SU ESPÍRITU Y GRACIA EN SU CORAZÓN


La sanidad emocional no es un evento de un día, sino pequeños pasitos de fe de la mano de Jesús.



Te encontró en cadenas—incapaz de moverte, hablar, ayudarte o defenderte. Vio belleza en ti cuando aún estabas en harapos, y no vaciló en abrazarte en tu peor momento.

Salió a tu encuentro celebrando tu regreso. Feliz de volverte a ver, emocionado de tenerte otra vez entre sus brazos.

Al principio no entendías lo que estaba sucediendo, pues esperabas su rechazo y desaprobación, pero poco a poco te perdiste en la dulzura de su mirada y en el jardín de paz que sus palabras sembraban en el desierto de tu corazón.

 “Emmanuel, Emmanuel, Emmanuel”, te dijo una y otra vez—afirmando tu vida en la seguridad de su presencia, calmando la ansiedad que había en tu interior. 

Confrontó con su mirada tus temores y les dijo, “¡Déjenla en libertad! Ella es mía y yo la amo. Es mi princesa que estaba perdida y al fin la he encontrado. 

¡Suéltenla! ¡Es mía! Tus adversarios huyeron despavoridos ante la autoridad de su voz. 


La gracia va más allá de la misericordia. La misericordia le dio al hijo prodigo una segunda oportunidad. La gracia le hizo una fiesta. – Max Lucado 

 


Te tomó entre sus brazos, te besó en la mejilla, te atrajo hacia su pecho, y entre mimos y palabras de afirmación susurró a tu oído, “No te imaginas cuanto he anhelado este momento.”

Amiga, el camino puede parecer largo y doloroso, pero su presencia nunca se aparta de ti. Sus promesas son tu baluarte, y en la seguridad de su amor encuentras reposo para tu alma y significado para cada lágrima derramada.

 Lo que el enemigo usó para tratar de destruirte, Dios lo está usando para promoverte, restituirte y derramar su gracia sobre ti.

Pero yo te restauraré y sanaré tus heridas –afirma el Señor–  Jeremías 30:17
 
Amor y gracia,

Sandy



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