Enfócate en
Jesús, habla con Jesús, desahógate con Jesús, cuéntale a Jesús, explícale a
Jesús, llora con Jesús, espera en Jesús, y verás como todo comienza a florecer.
¿Cuándo fue la
última vez que leíste una frase que te tocó el alma? ¿Qué hiciste con ella? ¿La
saboreaste y luego la olvidaste? O ¿La sembraste en tu corazón y hoy te cobijas
bajo su sombra?
¿Sabes algo?
Jesús es de detalles. A él le gusta conversar con nosotras, escuchar nuestras
inquietudes, nuestros sueños y anhelos más profundos —esos que solo él conoce,
entiende y puede hacer realidad. Y si prestamos un poquito de atención
escucharemos sus susurros de amor, de sabiduría y dirección acompañándonos a
través del desarrollo de nuestro día a día.
Por mucho tiempo
mi relación con Dios partía desde una plataforma de obligación y búsqueda de
aprobación, en vez de deleite y reposo. La carga de mí corazón era tan pesada
que mi oración estaba limitada a solo tres palabras: Jesús, háblame clarito.
Puede que a los
ojos humanos esta oración suene poco espiritual, pero mi desesperación era tal, que estaba negada a que mi mensaje se disipara en palabras rebuscadas y vacías.
No tengo la menor duda de que Jesús se especializa en entender silencios,
lágrimas, suspiros y miradas cabizbajas.
“Las cenizas, el luto y la pesadez son monedas que se pueden intercambiar en oración por la belleza, la alabanza y la alegría de Dios”. – Katherine Ruonala
Llena de
esperanza, me compré una libreta con la seguridad de que mi oración sería
contestada. Un versículo bíblico por aquí, una palabra de afirmación por allá,
una foto en Facebook, un mensajito por WhatsApp de una amiga…una frase de un
libro, un letrero en la calle, el estribillo de una canción, en fin, Dios es
tan creativo que nos habla a través de todo —lo único que tenemos que hacer es
creer y abrir los ojos del alma.
La oración que
comenzó con tres palabras, hoy se ha transformado en una pequeña biblioteca que
queda como legado para mis hijas de la fidelidad y la paciencia que Dios ha
tenido conmigo y continúa teniendo.
Amiga, Jesús te
invita a cazar esos tesoros que diariamente son arrojados en tu dirección para
fortalecerte, transformarte, bendecirte y llenar tu corazón de alegría y
significado.
¡Acércate con
confianza al trono de la gracia y encontrarás los tesoros que tanto anhelas!
Jesús te ama,
Jesús te escucha, Jesús te habla.
“Te daré tesoros escondidos en la oscuridad, riquezas
secretas. Lo haré para que sepas que yo soy el Señor, Dios de Israel, el que te
llama por tu nombre”.
– Isaías 45:3 (NTV)
Amor y gracia,
Sandy