viernes, agosto 23, 2019

CAZADORA DE TESOROS



Enfócate en Jesús, habla con Jesús, desahógate con Jesús, cuéntale a Jesús, explícale a Jesús, llora con Jesús, espera en Jesús, y verás como todo comienza a florecer.



¿Cuándo fue la última vez que leíste una frase que te tocó el alma? ¿Qué hiciste con ella? ¿La saboreaste y luego la olvidaste? O ¿La sembraste en tu corazón y hoy te cobijas bajo su sombra?

¿Sabes algo? Jesús es de detalles. A él le gusta conversar con nosotras, escuchar nuestras inquietudes, nuestros sueños y anhelos más profundos —esos que solo él conoce, entiende y puede hacer realidad. Y si prestamos un poquito de atención escucharemos sus susurros de amor, de sabiduría y dirección acompañándonos a través del desarrollo de nuestro día a día.

Por mucho tiempo mi relación con Dios partía desde una plataforma de obligación y búsqueda de aprobación, en vez de deleite y reposo. La carga de mí corazón era tan pesada que mi oración estaba limitada a solo tres palabras: Jesús, háblame clarito.

Puede que a los ojos humanos esta oración suene poco espiritual, pero mi desesperación era tal, que estaba negada a que mi mensaje se disipara en palabras rebuscadas y vacías. No tengo la menor duda de que Jesús se especializa en entender silencios, lágrimas, suspiros y miradas cabizbajas.


“Las cenizas, el luto y la pesadez son monedas que se pueden intercambiar en oración por la belleza, la alabanza y la alegría de Dios”. – Katherine Ruonala



Llena de esperanza, me compré una libreta con la seguridad de que mi oración sería contestada. Un versículo bíblico por aquí, una palabra de afirmación por allá, una foto en Facebook, un mensajito por WhatsApp de una amiga…una frase de un libro, un letrero en la calle, el estribillo de una canción, en fin, Dios es tan creativo que nos habla a través de todo —lo único que tenemos que hacer es creer y abrir los ojos del alma.

La oración que comenzó con tres palabras, hoy se ha transformado en una pequeña biblioteca que queda como legado para mis hijas de la fidelidad y la paciencia que Dios ha tenido conmigo y continúa teniendo.

Amiga, Jesús te invita a cazar esos tesoros que diariamente son arrojados en tu dirección para fortalecerte, transformarte, bendecirte y llenar tu corazón de alegría y significado.

¡Acércate con confianza al trono de la gracia y encontrarás los tesoros que tanto anhelas!

Jesús te ama, Jesús te escucha, Jesús te habla. 

Te daré tesoros escondidos en la oscuridad, riquezas secretas. Lo haré para que sepas que yo soy el Señor, Dios de Israel, el que te llama por tu nombre”. 
– Isaías 45:3 (NTV)

Amor y gracia,

Sandy