Mientras más fuerte griten mis temores, más fuerte me aferro a los brazos de amor que me sostienen.
Para mi amiga emocionalmente agotada…
Tienes permiso
de sentir,
de validar tus
emociones,
de desenredar
tus garabatos,
de platicar con tus dilemas.
Tienes permiso
de llorar,
sí, de llorar.
Sin dar
explicaciones válidas,
sin esperar
empatía,
simplemente
llorar.
Permiso de
abrazar tu vulnerabilidad,
de saltar de
espalda al vacío
como quien se da
por vencido,
de sonreírle a
la fe,
y dejar que ella
alumbre el camino.
Permiso de
creer,
de apostarlo
todo a Dios,
de llorar
amargamente en su regazo,
de perderte en
su mirada,
de renacer en su
descanso.
Tienes permiso
de bailar,
bailar al compás
de su amor,
al ritmo de tus aflicciones,
en perfecta
armonía con su gracia
y tu desierto.
“Nuestra ayuda viene del Señor, quien hizo el cielo y la tierra”.
– Salmo 124:8 (NTV)
Amor y gracia,
Sandy