viernes, noviembre 05, 2021

UN MOMENTO PARA MÍ SOLITA


Es de sabios respetar el agotamiento físico; es permitido no estar disponible todo el tiempo
.

 

Sin lugar a duda, hay días adobados con estrés y desgaste emocional…

Esos que nos hacen sentir que la vida es como una caminadora de hacer ejercicios —en constante movimiento, pero sin llegar a ningún lugar.

Andamos en piloto automático, con una discrepancia interna, como si algunas piezas estuvieran fuera de lugar.

Nos sentimos malhumoradas, irritadas, y lo peor del caso es que no tenemos una razón concreta —simplemente nos sentimos “blah”.

Por experiencia, creo que muchas veces llegamos a ese punto de ebullición, por una o por todas las siguientes posibilidades:


  • Nuestros pensamientos están estacionados en lugares incorrectos.

A veces andamos buscándole la quinta pata al gato, razonando y dibujando el peor escenario posible, en vez de tener una conversación orgánica con Jesús e intercambiar nuestras preocupaciones por su comprensión, fidelidad y cuidado.


  • Ausencia de límites saludables.

Con frecuencia nos comprometemos más de lo que debemos, y terminamos drenadas.

Cuánto nos cuesta decir “no”, pero el “sí” lo tenemos en la punta de la lengua, sale sin pensarlo mucho ¡qué cosa!

Nos hace bien hacer las paces con la idea de no estar disponibles todo el tiempo. Así abrimos espacio en nuestra agenda para las cosas que realmente importan.

Una agenda bien administrada abre paso a la calma, a la creatividad y por supuesto, a la productividad.


  • Carencia de descanso

Cultivemos el arte de no hacer nada. De tomar una siesta, tirarnos en el sofá a ver esos dibujos animados que nos conectan con lindos recuerdos de infancia, tomarnos un café o dos sin apuro, contemplar nuestras plantas, escuchar música, no sé, cualquier actividad que invite a honrar el descanso.

Los días complicados son parte de la vida, pero vale la pena recordar que. tenemos el timón de la calidad de pensamientos que permitimos aterrizar, tenemos el control de nuestra agenda y de nuestro tiempo de descanso. Como leí el otro día por ahí: puedo con todo, pero no con todo a la vez.

Jesús sonríe cuando honramos el descanso.

“En la tranquilidad y en la confianza está su fortaleza”. – Isaías 30:15 (NTV)

Amor y gracia,

Sandy