Si se lo permitimos, Jesús puede transformar las piezas rotas de nuestra historia en una fuente inagotable de gracia y propósito.
La navidad no
anestesia los rinconcitos de nuestro corazón que aún siguen doliendo. No
borra el sabor agridulce de estar agradecidas por las bendiciones que nos
rodean, y tristes por los que ya no están, al contrario, lo hace más evidente. Nos abraza con nostalgia, nos invita a reflexionar
en su verdadero significado: EMMANUEL, Dios con nosotros.
¡No, no estamos solas!
Jesús conmigo en
mis alegrías y tristezas.
Jesús conmigo en mis triunfos y fracasos.
Jesús conmigo en mis sentimientos encontrados.
Jesús conmigo en mi ansiedad y depresión.
Jesus conmigo en la imperfección de mis
circunstancias.
Jesús conmigo en
mis sueños cumplidos.
Jesús conmigo en
el camino de mi crecimiento personal.
Jesús conmigo en todo momento...
¡trayendo sanidad, fortaleza y nuevos comienzos!
¡Feliz Navidad y
un 2023 lleno de gracia y crecimiento!
Amor y gracia,
Sandy