No menosprecies el valor de tus lágrimas y sentimientos
encontrados. Permíteme abrazarte
con mis palabras, regalarte este bouquet de esperanza y recordarte que:
Fortaleza, es un corazón vulnerable rendido a los pies
de Jesús.
Entiende que aun en su momento más bajo, siempre hay un
lugar reservado especialmente para ella en la mesa de Dios.
Ahí, sus dilemas son escuchados, comprendidos y
transformados en semillas de crecimiento, que servirán de soporte para lo
nuevo, lo fresco, lo mejor.
¿Qué te abruma? ¿Qué le está robando la paz y la
sonrisa a tu corazón?
No aceptes migajas cuando existe un lugar reservado
especialmente para ti en la mesa de Dios.
No necesitas cambiar nada en tu historia. No necesitas
articular palabras —tus lágrimas son recibidas, enjugadas y almacenadas con
mucho cuidado, para luego ser intercambiadas por belleza y alegría.
Un pasito de fe, aunque sea tembloroso, es todo lo que
necesitas, porque ya Jesús te lleva en sus brazos.
“Me ha enviado a darles una corona en vez de cenizas,
aceite de alegría en vez de luto, traje de fiesta en vez de espíritu de
desaliento”. - Isaías 61:3 (NVI)