viernes, septiembre 03, 2010

JESÚS, MI FASHIONISTA DE CABECERA


_ ¿Cómo así?, ¿usted está ciego?, ¿no ve la ropa que tengo puesta?.El traje que traigo puesto es del diseñador Michael Kors, Mis zapatos y cartera que le hacen el juego perfecto son Coach, mis gafas de sol son Prada, mi perfume Channel y el carro que manejo Ferrari.

_ Insisto. Estás desnuda. Tengo años diciéndote la misma cosa y no me crees. Siempre terminas haciéndome un inventario detallado de tu ropa, zapatos, carteras y demás tontadas, para terminar con el mismo vacio y dolor. ¿No te da angustia andar así en la vida?.

_ ¿Quién es usted?, ¿Por qué sabe la condición de mi corazón?, ¿será que los lentes que trae puesto tienen algún dispositivo que le permite ver mi interior? . Yo tengo buenos abogados y podría acusarlo de difamación.

_ No seas ingenua. Las gafas son para no ser reconocido, son de Valentino. Muchos me creen anticuado, pasado de moda, pero la verdad es que soy el único diseñador que te hace lucir hermosa de adentro hacia afuera. Mis prendas no se envejecen, ¡al contrario!, te renuevan cada día. Si yo fuera tú, dejara de hablar tanto por ese Backberry y le diera más importancia a ese asunto de tu desnudez.Puedo ver tu dolor, tus heridas y temores. Yo soy tu solución.

_ ¡Listo! Nos vemos en el Starbucks de la esquina, para hablar más a fondo del tema.

Cada día nos vestimos para cubrir nuestra desnudez física y tratamos por todos los medios de lucir lo mejor posible, lamentablemente pocas veces cubrimos nuestro ser interior, esa parte de nosotros que solo Dios puede ver. Nuestro corazón, nuestra mente, nuestros sentimientos, nuestras emociones, nuestra voluntad.

Es muy fácil ser hipócrita con los demás y hasta con nosotros mismos, pero obviamos que Dios nos ve tal cual somos. ¿Ustedes se imaginan salir a la calle y poder ver el ser interior de las personas? , creo que de una vez por todas dejáramos de presumir las prendas materiales.

Podríamos ver a la tristeza y a la depresión montarse en un Mercedes Benz, un alma llena de alegría en el cuerpo de un barrendero, la sanidad espiritual en un Ferrari, el perdón, en unos zapatos de Payless, la paz sirviendo hamburguesas y un corazón en libertad luciendo una cartera Coach. Como dice el dicho: “Cara vemos, corazones no conocemos”.

Deja que tu creador cubra tu desnudez con su manto de amor y de aceptación El quiere darte una corona en vez de cenizas, alegría en vez de tristeza, un traje de fiesta en vez de harapos de desaliento, honor y gloria en vez de vergüenza.

Deja que tus pecados sean absorbidos por su perdón, por su bondad, por su gracia, por su misericordia. El entiende como te sientes, por eso quiere vestirte con ropas de salvación, cubrirte con el manto de su justicia, como luce una novia adornada con sus joyas.

¡No antes más en harapos! Deja que Dios sea tu faschionista.

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