Foto: Tommy Huynh - CC |
Dios no envió a su hijo a morir en una cruz para que
seas definida por tus errores y tus pecados. Jesús pagó el precio de tu
libertad para que seas definida por su gracia.
“¡Todo ha terminado!”
Estas fueron las últimas palabras de Jesús antes de
morir en la cruz. ¿Sabes su significado? Pagué el precio de todos tus pecados,
cargué con todas tus enfermedades, fui molido por tu maldad, traspasado por tus
injusticias, cargué con todos tus dolores, con tus sentimientos de culpa y condenación.
Pagué el precio de tu paz, para que puedas entrar
con confianza y en total libertad al trono de la gracia de Dios, para recibir
misericordia y favor —cuando más lo necesites y cuando menos lo merezcas.
¡Todo ha
terminado! Lo único que queda de tu parte es creer, recibir y aceptar lo que he
hecho por amor a ti.
No te dejes intimidar por esos razonamientos que te
dicen: “¡Imposible! ¡Mereces ser castigada!” Recibir mi sacrificio no es vivir
en demencia de tus errores y faltas, sino de recordar su posición en la cruz.
Ahí, tú y yo hicimos un intercambio divino: Me diste tu maleta llena de faltas,
culpas, vergüenza, reproches y condenación, a cambio de mi Justicia.
Me llevó a la casa del banquete y su bandera sobre mí fue amor.
Cantares 2:4 (NVI)
Te vestí de JUSTICIA, te abracé con mis PROMESAS, te
calcé con mi PAZ, te coroné con mi AMOR, te devolví tu DIGNIDAD y te alimenté
con mi GRACIA.
¿A qué sabe mi gracia?
Sabe a reposo y a paz. Sabe a “No te preocupes,
pagué le precio para que vueles tan alto como el potencial que puse en ti.”
¿A qué sabe mi gracia?
Sabe a “Reposa en mí. Yo me encargo de pelear tus
batallas, de sanar las heridas de tu corazón y los recuerdos dolorosos de tu
alma.”
¿A qué sabe mi gracia?
Sabe a un abrazo fuerte, seguro y tierno de tu
salvador, que con amor y misericordia seca tus lágrimas y te dice: “Mi niña, si
supieras lo valiosa y especial que eres ante mis ojos, dejaras de preocuparte
tanto por algo que borré de tu vida, de tu historia y te enfocarías más en mi
amor y en el futuro que he preparado para ti.”
Vístanse con la nueva naturaleza y se renovarán a medida que aprendan a conocer a su creador, y se parezcan más a él.
Colosenses 3:10 (NTV)
¿A qué sabe mi gracia?
Sabe a nuevo comienzo, a nueva oportunidad, a
carcajada de gratitud, a reencuentro con tu verdadera identidad, a amor
incondicional, a libertad, a victoria, a fuerzas recuperadas, a restitución…
“¡Todo ha terminado!”
¡Feliz Viernes Santo!
Sandy,