La decisión más importante que debes tomar
hoy es creerle a Dios.
Muchas veces
nuestra cabeza parece la sede de los dibujos animados Tom & Jerry; por
un lado tratamos de no preocuparnos, de pensar que todo va a salir bien, de
esperar lo mejor, y de repente nos encontramos
en una lucha agotadora de razonamientos y argumentos que nos dejan emocional y
físicamente como si hubiéramos participado en un maratón olímpico.
Creo que la
disciplina de pensar de manera positiva es muy buena, pero al mismo tiempo tiene sus
limitaciones, me explico: podemos pensar que todo va a salir bien, sonreírle a
la vida, creer que podemos lograr todas nuestras metas, soñar en grande, y todo
eso está excelente, pero en el momento que creemos que podemos hacer todas
estas cosas en nuestras propias fuerzas, sin la ayuda de Dios, estamos fritos.
Es como si
tuviéramos la oportunidad de manejar un Bugatti Veyron, el carro más rápido de
la bolita del mundo, pero preferimos ir a pie a todos lados—suena muy
saludable, pero si nos toca caminar de Miami a Washington, no suena nada divertido.
Por eso es
determinante aprender a depender de Dios en cada detalle de nuestra vida,
porque cuando reposamos en su amor y en su palabra, nuestra meta no se limita
en llegar, sino en crecer.
Cuando recibimos
su amor, crecemos; cuando nos dejamos abrazar por su gracia, crecemos; cuando
esperamos el cumplimiento de sus promesas en fe, crecemos, porque es
precisamente en nuestra constante dependencia en Él donde avanzamos.
No es pensar positivo, sino pensar correctamente acerca de Jesús lo que nos libera de pensamientos equivocados.
Nuestros
pensamientos se alimentan directamente de nuestras creencias, por eso es
sumamente importante estar seguros de en quien tenemos puesta nuestra
confianza. Como dijo Jesús: “¿No te dije que si crees verás la gloria de Dios?”
¿Quieres ver la
gloria de Dios sobre tu vida?
Entonces tienes que creer en su amor, tienes
que creer que sus planes superan tus expectativas, tienes que creer que Jesús
te ofrece belleza en lugar de cenizas, tienes que creer que sus misericordias
son nuevas cada mañana, aunque eso represente caminar en vía contraria de tus
razonamientos, de tus sentimientos, de tus emociones y de las opiniones de los
demás. Al principio nada parecerá tener sentido, pero al final todo encaja a la
perfección.
Pues en él vivimos, nos movemos y existimos.
-Hechos 17:28 (NTV)
Cuando tratamos de
hacer las cosas en nuestras propias fuerzas—aun sea con la mejor intención del
mundo— dejamos a Jesús fuera de la ecuación, y ahí comienzan nuestros problemas.
En cambio, cuando descasamos
en su regazo, alimentándonos de su palabra y de su amor, como lo hizo María,
mientras su hermana Marta estaba afanada, recibiremos la misma aprobación de
Jesús: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una
cosa es necesaria; y María ha escogido
la buena parte, la cual no le será quitada.
Amiga, pasar tiempo
a los pies de Jesús pone todo lo demás en perspectiva y pedaleamos en la
dirección correcta.
Feliz Día,
Sandy
Ver Video: https://youtu.be/HzpT2EZ5LIA