viernes, junio 26, 2020

CAFÉ PARA DOS



No permitas que las heridas y tropiezos del camino empañen tu belleza y dignidad.

 


Desde antes de nacer me amaste; desde el vientre de mi madre me aprobaste. Me hiciste a la medida perfecta de la vida que diseñaste para mí. Y aunque no siempre estuve consciente de ello, puedo mirar el recorrido y suspirar. La realización de tu presencia en mi vida me hace sonreír.

Siempre has estado conmigo.

Desde antes de nacer me conociste, desde el vientre de mi madre tatuaste tu propósito en mí. Me creí dueña de mi vida tomando decisiones sin darte participación, no porque no eras importante, sino porque te creí distante y enojado conmigo. Sin embargo, el bien y la misericordia que me prometiste siempre me han acompañado, principalmente en los pozos ciegos de la vida.

Siempre has estado conmigo.

Desde antes de nacer sabías de mis culpas y fracasos. Desde el vientre de mi madre tu gracia bordó en el lienzo de tu corazón mi rescate. Me diste belleza en lugar de cenizas, traje de fiesta en lugar de espíritu de desaliento; abriste un camino en el desierto para mi y me cubriste con la bandera de tu amor.

Siempre has estado conmigo.

Me parece fascinante el árbol familiar que diseñaste para ti mismo; entre ellos, vasijas rotas con historias de fracaso, dolor y vergüenza.

Siendo Dios, elegiste lo débil y despreciado a los ojos humanos para identificarte con los capítulos de mi vida que prefiero leer en voz baja.

Jesús conmigo en mi tristeza.

Jesús conmigo en mi alegría.

Jesús conmigo en mis desiertos.

Jesús conmigo en verdes pastos.

Jesús conmigo en mi ansiedad.

Jesús conmigo en el reposo de mi alma.

¡Sanando! ¡Restaurando! ¡Restituyendo!

Amiga, no importa la situación que estás enfrentando, puedes descansar en la verdad de que Jesús está contigo en este mismo instante.

Puedes platicarle sobre tus bendiciones, tus alegrías y los pedazos rotos de tu historia. En su presencia hay abundancia y plenitud para cada una de tus carencias.

Atrévete a creer y a crecer a través de esta verdad transformadora.

“No tengas miedo, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios.Te daré fuerzas y te ayudaré; te sostendré con mi mano derecha victoriosa”. – Isaías 41:10 (NTV)

Amor y gracia,

Sandy


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